La mirada de Tirèsies

TINTORETTO, El segrestat de Venècia (J.P. Sartre)

Posted in Bruixots, Kalós, kalé, kalón... by lamiradadetiresies on Juliol 6, 2009

Tintoretto 3                   

                    “…pero al Tintoretto lo traía sin cuidado; cada cual tiene su fuerza ascensional y su lugar natural. Sabía que tenía un don y le habían dicho que era un capital. Si demostraba su capacidad, su empresa llegaría a ser rentable, encontraría fondos para equiparse. Ya estaba movilizado para toda una larga vida, indisponible: había que explotar aquel filón, hasta el agotamiento de la mina y del minero. Hacia la misma época, aquella otra fiera para el trabajo, Miguel Ángel, se hacía el delicado, comenzaba una obra y no la acababa. Tintoretto siempre acababa, con la terrible aplicación de quien acaba lo que está diciendo, pase lo que pase; la propia muerte lo esperó en San Giorgio, le dejó dar su última pincelada a su último cuadro o, al menos, sus últimas indicaciones a sus colaboradores; en toda su vida no se permitió un capricho, un hastío, una preferencia, ni siquiera el descanso de un sueño…” 

 

Tintoretto 7

                   

                     “Si Miguel Ángel trabajaba para el Soberano Pontífice, le parecía que se rebajaba; aquel desprecio le brinbaba a veces una perspectiva: aquel hidalgo adoptaba actitudes insolentes sobre el arte. Tintoretto era todo lo contrario, volaba por encima de sí mismo; sin el arte, ¿qué habría sido? Tintorero. Era la fuerza que lo arrancaba de su condición natal y el medio que lo sostenía, era su dignidad. Había que trabajar o caer al fondo del pozo. ¿Perspectiva? ¿Distancia? ¿De dónde las sacaría? No tenía tiempo de interrogarse sobre la pintura, ¡a saber si la vería siquiera! Miguel Ángel pensaba demasiado: era un marqués de Carabás, un intelectual; Tintoretto no sabía lo que hacía: pintaba.”

 Tintoretto 11

                

                    “¡Caprichosos venecianos! ¡Burgueses inconsecuentes! Tintoretto fue su pintor; les mostró lo que veían, lo que sentían: no podían soportarlo; Tiziano se burlaba de ellos: lo adoraban. Tiziano pasaba la mayor parte del tiempo tranquilizando a los príncipes,certificándoles con sus lienzos que todo iba bien en el mejor de los mundos posibles. La discordia era una simple apariencia…          […]          …Tintoretto nació en una ciudad trastornada; respiró la inquietud veneciana, que lo carcomía, sólo sabía pintarla a ella. Si hubieran estado en su lugar, sus críticos más severos no habrían actuado de otro modo, pero es que precisamente no lo estaban: no podían por menos de sentir aquella inquietud, pero no querían que se les mostrara; condenaban los cuadros que la representaban. La desgracia destinó a Jacopo a convertirse sin saberlo en el testigo de una época que se negaba a conocerse.”  (Els textos són del volum Venecia, Tintoretto, Jean-Paul Sartre, Gadir, 2007)

Una resposta

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  1. Ada said, on Juliol 6, 2009 at 3:34 pm

    Recordu una classe que ens vas parlar de grans pintors de la història, vas dir que ens deixéssim d’històries, que el millor pintor del Renaixament era Tintoretto, tot i que no havia estat igual de reconegut que altres…i ja se’m va quedar gravat.

    M’ha fet gràcia…

    …avui he anat a Súnion, a acomiadar-me (si més no de l’edifici), i el teu despatx estava tancat!…

    …però ens veiem diumenge!

    Un petó molt gran


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